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Foto del escritorGestando la Maternidad

Con el consentimiento del cuerpo

Hoy me levanté con ganas de releer viejas joyitas, y la primera que agarré fue éste libro de Marie Bertherat- Therese Bertherat-Paule Brung, que me regaló María, la esposa de papá en mi embarazo, a ella la había ayudado en el suyo.

El prólogo en sí me recuerda mi gestación, mi preparación para ese momento y mi trabajo hoy día con las embarazadas, en mis clases, y con las profesoras, en mis formaciones. Fue leer reflejado en sus palabras la posibilidad de crecimiento, ese salto evolutivo que nos da la vida, durante el proceso del embarazo y la maternidad. Recordar la importancia del conocimiento, el autoconocimiento, la certeza, la elección y el acompañamiento.

Les dejo pequeños fragmentos del mismo, se consigue por amazon y demás tiendas/librerias


Con el consentimiento del cuerpo

"... me fue dado asistir a varios nacimientos. Es algo difícil de olvidar. La emoción, la intensidad del momento. El sudor, la sangre. Pero algo más. Allí, en la sala esmaltada de blanco, iluminada por neón, sucede algo que viene de la noche de los tiempos. En medio de aparatos niquelados, cromados, acontece la magia. Ocurre casi siempre en el mismo momento, en el momento en que las contracciones son más fuertes, un poco antes de que asome la cabeza del niño, su rostro cubierto de secreciones, como el de una minúscula estatua velada. Entonces brota la magia . Lo llamo magia a falta de una palabra mejor. Una energía sin forma ni color atraviesa el lugar. ¿De dónde viene? ¿Del interior de una mujer que está ahí, pariendo? Energía palpable por un breve instante. Instante brevísimo. Una cosa salvaje, grandiosa, violenta como la vida, como la muerte. "

"..."Ser no es dejar nunca de nacer", me dijo cierta vez una de ellas. Para muchas personas, ser no es más que una fachada. Detrás de la fachada están sus sensaciones, sus emociones, sepultadas en el interior de su cuerpo, del que no saben nada; y la organización de sus músculos, de la que no saben gran cosa. Para una mujer encinta, la fachada, modelada desde adentro, se mueve, se transforma. ¿Cómo ignorar el adentro que se impone cada segundo? Imposible esperar otro momento. El momento es ahora.

No es poca cosa sentir en nuestro cuerpo la presencia de un cuerpo extraño. Deseado, amado, soñado, pero sin embargo extraño. Para habitar este cuerpo de dos hay que tomar consciencia de la profundidad que existe tras la fachada. Para sentirse más estable, menos vulnerable, hay que reunir el ser entero. Para estar disponible a la vida de ese otro minúsculo, hay que estar disponible a las propias sensaciones. embarazadas. las mujeres tienen más que nunca su sexto sentido que les da acceso a su cuerpo. Presienten que necesitan reunirse, para luego, separarse mejor.

No es necesario haber estado encinta para vivir la impresión de tener en sí a dos extraños. La cabeza ignora al cuerpo y la cabeza contiene dos cerebros, dos hemisferios, que a menudo se contradicen. La musculatura del cuerpo está hecha de dos mitades en conflicto. Hasta los sentidos se encuentran bajo el dominio de uno solo, la vista que obstruye el paso a todos los demás.

El milagro está en que las mujeres son capaces de reunir el cuerpo y el espíritu, lo físico y lo psíquico, la fuerza y la debilidad. Durante nueve meses, la naturaleza les hace este regalo de borrar la dualidad de su ser, de tomar consciencia de su unidad."


Therese Bertherat

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